viernes, 2 de junio de 2017

LECTURAS DEL VIERNES VII DE PASCUA 2 DE JUNIO (BLANCO)


"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"






ANTÍFONA DE ENTRADA Apoc 1, 5-6

Cristo nos ama y nos ha purificado de nuestros pecados por medio de su sangre; e hizo de nosotros un reino sacerdotal para Dios su Padre. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que mediante la glorificación de tu Ungido y la iluminación de tu Espíritu Santo, nos abriste la entrada a la vida eterna, concédenos que, al participar de tan admirable don, aumente nuestro deseo de servirte y seamos impulsados a crecer en nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Pablo asegura que está vivo un hombre llamado Jesús, que había muerto.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 25, 13-21


En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo. Como se detuvieron algún tiempo allí, Festo expuso al rey el caso de Pablo con estas palabras: "Tengo aquí un preso que me dejó Félix, cuya condenación me pidieron los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, cuando estuve en Jerusalén.


Yo les respondí que no era costumbre romana condenar a ningún hombre, sin carearlo antes con sus acusadores, para darle la oportunidad de defenderse de la acusación.

Vinieron conmigo a Cesarea, y sin dar largas al asunto, me senté en el tribunal al día siguiente y mandé que compareciera ese hombre. Los acusadores que se presentaron contra él, no le hicieron cargo de ninguno de los delitos que yo sospechaba.

Se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo. No sabiendo qué determinación tomar, le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para que se le juzgara allá de esos cargos; pero como él pidió ser juzgado por el César, ordené que siguiera detenido hasta que yo pudiera enviárselo".

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.




Del salmo 102



R/. Bendigamos al Señor, que es el rey del universo. Aleluya.


Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.

Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

En el cielo el Señor puso su trono y su reino abarca el universo. Bendigan al Señor todos los ángeles, ejecutores fieles de sus órdenes. R/.



ACLAMACIÓN  Jn 14, 26






R/. Aleluya, aleluya.


El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor. R/.

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.

Del santo Evangelio según san Juan: 21, 15-19


En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".


Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".

Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.

Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira propicio, Señor, estas ofrendas de tu pueblo, y para que se hagan aceptables ante ti, haz que la venida de tu Santo Espíritu purifique nuestra conciencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Pascua o de la Ascensión.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 16, 13

Cuando venga el Espíritu de la verdad, dice el Señor, él los
guiará hasta la verdad plena. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor Dios, ya que nos purificas y alimentas con tus misterios, concédenos que nos obtengan la vida eterna puesto que has permitido que los hayamos recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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