sábado, 24 de octubre de 2015

LECTURAS DEL SÁBADO XXIX DEL T. ORDINARIO 24 DE OCTUBRE SAN RAFAEL GUÍZAR Y VALENCIA OBISPO (BLANCO)


Escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.







ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ez 34, 11. 23-24

Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y les daré un pastor que las apaciente y yo, el Señor, seré su Dios.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios nuestro, que hiciste al obispo san Rafael Guízar y Valencia pastor eximio e incansable en el anuncio del Evangelio, concédenos, por su intercesión, que, encendidos por el fuego apostólico y fortalecidos por la gracia divina, llevemos a nuestros hermanos a Cristo y así podamos gozar con ellos de la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 9, 16-19. 22-27


Hermanos: No tengo por qué presumir de predicar el Evangelio, puesto que ésa es mi obligación. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por propia iniciativa, merecería recompensa; pero si no, es que se me ha confiado una misión. Entonces, ¿en qué consiste mi recompensa? Consiste en predicar el Evangelio gratis, renunciando al derecho que tengo a vivir de la predicación.
Aunque no estoy sujeto a nadie, me he convertido en esclavo de todos para ganarlos a todos. Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos. Todo lo hago por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

¿No saben que en el estadio todos los corredores compiten, pero uno solo recibe el premio? Corran de manera que consigan el premio. Además, todos los atletas se privan de muchas cosas: ellos lo hacen por un premio que se acaba; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Así pues, yo corro, pero no a ciegas, y lucho, pero no dando golpes al aire, sino que domino mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no sea que, después de predicar a los demás, quede yo descalificado.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 22 

R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.


El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.

Por ser un Dios fiel a sus promesas me guía por el sendero recto. Así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.

Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas ni copa hasta los bordes. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.



ACLAMACIÓN  Lc 4, 18 






R/. Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí; él me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva.


El buen pastor da la vida por sus ovejas.

Del santo Evangelio según san Juan 10, 11-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso y lleno de bondad, recibe los dones y ofrendas que te presentamos en la festividad de san Rafael Guízar, quien ofreció su vida por la difusión del Evangelio entre sus fieles pobres y sencillos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 16

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, Dios nuestro, habiendo participado del Cuerpo y la Sangre de tu hijo amado, al recordar la memoria de san Rafael Guízar, concédenos ser incansables en el anuncio de tu palabra y en la caridad con los más necesitados. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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