miércoles, 7 de octubre de 2015

LECTURAS DEL MIÉRCOLES XXVII DEL T. ORDINARIO 7 DE OCTUBRE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO (BLANCO)


Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre...





ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Lc 1, 28. 42)

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, y con la intercesión de la santísima Virgen María, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Tú estás triste por una hiedra, ¿y yo no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad?

Del libro del profeta Jonás: 4, 1-11


Jonás se disgustó mucho de que Dios no hubiera castigado a los habitantes de Nínive, e irritado, oró al Señor en estos términos: "Señor, esto es lo que yo me temía cuando estaba en mi tierra, y por eso me di prisa en huir a Tarsis. Bien sabía yo que tú eres un Dios clemente y compasivo, lleno de paciencia y de misericordia, siempre dispuesto a perdonar. Ahora, Señor, quítame la vida, pues prefiero morir a vivir". Pero el Señor le respondió: "¿Crees que hay motivo para que te enojes?"

Jonás salió de Nínive y acampó al oriente de la ciudad. Allí construyó una enramada y se sentó a su sombra, para ver qué pasaba con Nínive. Entonces, el Señor Dios hizo nacer una hiedra, que creció tan tupida, que le daba sombra y lo resguardaba del ardor del sol. Jonás se puso muy contento por la hiedra. Pero al día siguiente, al amanecer, el Señor envió un gusano, el cual dañó la hiedra, que se secó. Y cuando el sol ya quemaba, el Señor envió un viento caliente y abrasador; el sol le daba a Jonás en la cabeza y lo hacía desfallecer. Entonces Jonás deseó morir y dijo: "Prefiero morir a vivir".

Entonces el Señor le dijo a Jonás: "¿Crees que hay motivo para que te enojes así por la hiedra?" Contestó él: "Sí, y tanto, que quisiera morirme". Le respondió el Señor: "Tú estás triste por una hiedra que no cultivaste con tu trabajo, que nace una noche y perece la otra. Y yo, ¿no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad, en donde viven más de ciento veinte mil seres humanos que no son responsables y gran cantidad de ganado?". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 85 

R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. R/.

Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. R/.

Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera, ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora. R/.



ACLAMACIÓN (Rm 8, 15) 







R/. Aleluya, aleluya.

Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre! R/.


Señor, enséñanos a orar.

Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 1-4


Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos".

Entonces Jesús les dijo: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Haz, Señor, que los dones que te presentamos nos dispongan debidamente y que recordemos de tal manera los misterios de tu Unigénito, que nos hagamos dignos de sus promesas. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 31)

El ángel Gabriel dijo a María: Vas a concebir y dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, quienes en este sacramento anunciamos la muerte y resurrección de tu Hijo, asociados a su pasión, merezcamos también gozar de su consuelo y participar de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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