martes, 21 de octubre de 2014

LECTURAS DEL MARTES XXIX DEL T. ORDINARIO 21 DE OCTUBRE (VERDE)


Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas.




ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 15, 16)

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA

Que tu Iglesia, Señor, se alegre siempre al honrar a los santos Apóstoles, para que ellos mismos la gobiernen, ya que siempre goza de sus enseñanzas y sus méritos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Cristo es nuestra paz; él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2, 12-22

Hermanos: Recuerden que antes vivían ustedes sin Cristo, que estaban excluidos de la ciudadanía de Israel y eran extraños a las alianzas y promesas, y no tenían esperanza ni Dios en este mundo. Pero ahora, unidos a Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos, están cerca, en virtud de la sangre de Cristo.

Porque Él es nuestra paz; Él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; Él destruyó, en su propio cuerpo, la barrera que los separaba: el odio; Él abolió la ley, que consistía en mandatos y reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz, y para reconciliar a ambos, hechos un solo cuerpo, con Dios, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo al odio.

Vino para anunciar la buena nueva de la paz, tanto a ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban cerca. Así, unos y otros podemos acercarnos al Padre, por la acción de un mismo Espíritu.

En consecuencia, ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.

Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 84 

R/. Dale, Señor, la paz a tu pueblo.

Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.

La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la felicidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.

Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Lc 21, 36) 

R/. Aleluya, aleluya.

Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.

Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela.

Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 35-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Infúndenos, Señor, tu Espíritu Santo, que tan abundantemente derramaste sobre tus Apóstoles, para que conozcamos lo que por ellos nos entregaste y ofrezcamos dignamente a tu gloria este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 19, 28)

Ustedes, los que me han seguido, se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, haz que perseveremos en la enseñanza de los Apóstoles con alegría y sencillez de corazón, participando en la fracción del pan y en la oración. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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