domingo, 16 de marzo de 2014

LECTURAS DEL DOMINGO II DE CUARESMA 16 DE MARZO (MORADO)


"Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo".






ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 6. 3. 22)

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas y no permitas que nos derrote el enemigo. Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras angustias.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Vocación de Abraham, padre del pueblo de Dios.

Del libro del Génesis: 12, 1-4

En aquellos días, dijo el Señor a Abram: "Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré. Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra". Abram partió, como se lo había ordenado el Señor. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 32 

R/. Señor, ten misericordia de nosotros.


Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.

En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R/.


Dios nos llama y nos ilumina.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 8-10


Querido hermano: Comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Pues Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado a que le consagremos nuestra vida, no porque lo merecieran nuestras buenas obras, sino porque así lo dispuso él gratuitamente.


Este don, que Dios nos ha concedido por medio de Cristo Jesús desde toda la eternidad, ahora se ha manifestado con la venida del mismo Cristo Jesús, nuestro Salvador, que destruyó la muerte y ha hecho brillar la luz de la vida y de la inmortalidad, por medio del Evangelio. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 17, 5) 

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: "Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.


Su rostro se puso resplandeciente como el sol.

Del santo Evangelio según san Mateo: 17, 1-9


En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con Él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".


Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo". Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: "Levántense y no teman". Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús.

Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos". 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


En Jesús, en su cruz, está nuestra vida y la de la humanidad entera. Pongamos nuestra mirada en el crucificado glorioso.


Después de cada petición diremos (cantando): Señor, ten piedad (o bien: Kýrie, eléison).

Por toda la Iglesia. Para que vivamos con intensidad este tiempo de conversión, para poder compartir con Jesús su muerte y su resurrección. Oremos.

Por los sacerdotes y seminaristas de nuestra diócesis. Para que vivan llenos del amor de Dios y de un profundo espíritu de servicio a los hermanos. Oremos.

Por cuantos tienen autoridad en México y el mundo. Para que bajo su gobierno, vivamos en paz y concordia. Oremos.

Por nuestras comunidades. Para que de ellas surjan jóvenes dispuestos a seguir a Jesús en el ministerio sacerdotal. Oremos.

Por nosotros. Para que la celebración del Misterio Pascual del Señor nos renueve y fortalezca en nuestra vida y en nuestra fe. Oremos.

Escucha, Señor, nuestras oraciones, y derrama sobre el mundo entero tu amor y tu perdón. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón de nuestros pecados y nos santifique en el cuerpo y en el alma para que podamos celebrar dignamente las festividades de la Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.


Porque Cristo, Señor nuestro, después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección.

Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 17, 5)

Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo, nos permites participar ya, desde este mundo, de los bienes eternos de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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