domingo, 10 de noviembre de 2013

LECTURAS DEL DOMINGO XXXII DEL T. ORDINARIO 10 DE NOVIEMBRE


Serán como los ángeles e hijos de Dios, pues Él los habrá resucitado.






ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 87, 3)

Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, y encuentren acogida mis plegarias.

ORACIÓN COLECTA

Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

El rey del universo nos resucitará para una vida eterna.

Del segundo libro de los Macabeos: 7, 1-2. 9-14


En aquellos días, arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epífanes los hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley. Uno de ellos, hablando en nombre de todos, dijo: "¿Qué quieres saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres".

El rey se enfureció y lo mandó matar. Cuando el segundo de ellos estaba para morir, le dijo al rey: "Asesino, tú nos arrancas la vida presente, pero el rey del universo nos resucitará a una vida eterna, puesto que morimos por fidelidad a sus leyes".

Después comenzaron a burlarse del tercero. Presentó la lengua como se lo exigieron, extendió las manos con firmeza y declaró confiadamente: "De Dios recibí estos miembros y por amor a su ley los desprecio, y de él espero recobrarlos". El rey y sus acompañantes quedaron impresionados por el valor con que aquel muchacho despreciaba los tormentos.

Una vez muerto éste, sometieron al cuarto a torturas semejantes. Estando ya para expirar, dijo: "Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la firme esperanza de que Dios nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 16 

R/. Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten. R/.

Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes, no tembló mi pisada. A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras. R/.

Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.


Que el Señor disponga los corazones de ustedes para toda clase de obras buenas y de buenas palabras.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 2, 16-3, 5


Hermanos: Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, conforten los corazones de ustedes y los dispongan a toda clase de obras buenas y de buenas palabras.

Por lo demás, hermanos, oren por nosotros para que la palabra del Señor se propague con rapidez y sea recibida con honor, como aconteció entre ustedes. Oren también para que Dios nos libre de los hombres perversos y malvados que nos acosan, porque no todos aceptan la fe.

Pero el Señor, que es fiel, les dará fuerza a ustedes y los librará del maligno. Tengo confianza en el Señor de que ya hacen ustedes y continuarán haciendo cuanto les he mandado. Que el Señor dirija su corazón para que amen a Dios y esperen pacientemente la venida de Cristo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN (Ap 1, 5. 6) 

R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo es el primogénito de entre los muertos; a Él sea dada la gloria y el poder por siempre. R/.


Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

Del santo Evangelio según san Lucas: 20, 27-38


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?"

Jesús les dijo: "En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues Él los habrá resucitado.

Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para El todos viven".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Llenos de la fe y la esperanza que Dios nos da, presentémosle confiadamente nuestras plegarias a Dios. 
Después de cada petición diremos:

Escúchanos, Padre y aumenta nuestra fe.
 
Por el Papa Francisco. Que el Señor lo bendiga y lo llene con su gracia, para el bien de todo el pueblo cristiano. Oremos.

Por los Obispos mexicanos. Que el Señor los asista en su reunión de la próxima semana. Oremos.

Por toda la Iglesia, extendida de Oriente a Occidente. Que dé siempre, en medio de nuestro mundo, un buen testimonio del amor de Dios. Oremos.

Por los pobres y por los abandonados. Que encuentren en nosotros la compañía y la ayuda que necesitan. Oremos.

Por los enfermos que sienten cercana la muerte. Que la esperanza de la vida eterna les dé coraje y fortaleza en estos momentos difíciles. Oremos.

Por nosotros. Que la celebración de la Eucaristía sea para todos fuente de alegría y de paz, y nos mueva a amar cada vez más a Jesucristo. Oremos.

Tú, Padre, nos llamas a nosotros y a todos los hombres y mujeres del mundo a una vida plenamente feliz en tu Reino. Escucha nuestra oración, y acompáñanos siempre con tu amor infinito. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 22, 1-2)

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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