domingo, 7 de julio de 2013

LECTURAS DEL DOMINGO XIV DEL T. ORDINARIO 7 DE JULIO


La cosecha es mucha y los trabajadores pocos.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 47, 10-11)

Recordaremos, Señor, los dones de tu amor en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Yo haré correr la paz sobre ella como un río.

Del libro del profeta Isaías: 66, 10-14


Alégrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su alegría todos los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de sus pechos, se llenen de sus consuelos y se deleiten con la abundancia de su gloria. Porque dice el Señor: "Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán llevados en el regazo y acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a quien su madre consuela, así los consolaré yo. En Jerusalén serán ustedes consolados.

Al ver esto se alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado. Y los siervos del Señor conocerán su poder".

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 65 

R/. Las obras del Señor son admirables.

Que aclame al Señor toda la tierra; celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable". R/.

Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre. Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. R/.

El transformó el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: El Señor es eterno y poderoso. R/.

Cuantos temen a Dios vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí. Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.


Llevo en mi cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado por Cristo.

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 6, 14-18


Hermanos: No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Porque en Cristo Jesús de nada vale el estar circuncidado o no, sino el ser una nueva creatura.

Para todos los que vivan conforme a esta norma y también para el verdadero Israel, la paz y la misericordia de Dios. De ahora en adelante, que nadie me ponga más obstáculos, porque llevo en mi cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado por Cristo. Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. Amén. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN (Col 3, 15. 16) 




R/. Aleluya, aleluya.

Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. R/.


El deseo de paz de ustedes se cumplirá.

Del santo Evangelio según san Lucas: 10, 1-12. 17-20


En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: 'Que la paz reine en esta casa'. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: 'Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios'.

Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: 'Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca'. Yo les digo que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad".

Los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre".

Él les contestó: "Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les someten. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Presentemos al Padre nuestras plegarias. Después de cada petición diremos:

Escúchanos, Padre y aumenta nuestra fe.

Por la Iglesia en el mundo y en nuestro país. Que demos un buen testimonio de la fe y la esperanza que nos mueven. Oremos.

Por los misioneros y misioneras. Que la fortaleza y la gracia de Dios los acompañe en su misión de anunciar el Evangelio. Oremos.

Por los migrantes que dejan su tierra buscando una vida mejor. Que puedan encontrar un trabajo digno, y sean acogidos como toda persona merece. Oremos.
Por nuestros familiares y amigos difuntos. Que Dios los reciba para siempre en la plenitud de su Reino. Oremos.

Por los procesos electorales que hoy se llevan a cabo. Que se desarrollen en paz y se respete la voluntad popular. Oremos.

Por nosotros y por nuestra parroquia (comunidad). Que nos amemos y nos ayudemos mutuamente, cada día más. Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración, y llénanos con tu bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 33, 9)

Hagan la prueba y verán qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a Él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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