sábado, 9 de junio de 2012

LECTURAS DEL SÁBADO IX DEL T. ORDINARIO 9 DE JUNIO



"Esta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir". 



MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO




ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Hch 1, 14)

Con un mismo espíritu, los discípulos perseveraban en la oración junto con María, la Madre de Jesús.

ORACIÓN COLECTA

Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la mediación y cooperación maternal de la Virgen María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Cumple tu trabajo de evangelizador. Para mí ha llegado la hora del sacrificio y espero la corona merecida con que el Señor me premiará.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 1-8


Querido hermano: En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y sabiduría.


Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportaran la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se rodearan de maestros que les halaguen el oído; se harán sordos a la verdad y solo escucharán las fábulas.

Tú, en cambio, se siempre prudente, soporta los sufrimientos, cumple tu trabajo de evangelizador y desempeña a la perfección tu ministerio.

Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora solo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 70 

R/. Mi boca, Señor, anunciara siempre tu salvación.


Mis labios no han cesado de alabarte y pregonan tu gloria todo el día. Señor, en la vejez no me rechaces ni me abandones, falto de energías. R/.

En ti, Señor, yo seguiré confiando, y más y más te alabara mi boca. Yo proclamare siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. R/

Tus hazañas, Señor, alabare; diré a todos que solo tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R/.

La lealtad del Señor para conmigo celebrará mi lira. Al Santo de Israel, a ti, Dios mío, cantaré con mi cítara. R/.



ACLAMACIÓN (Mt 5, 3) 

R/. Aleluya, aleluya.


Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.




Esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos.

Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 38-44


En aquel tiempo, ensenaba Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso".


En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echo dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Convierte, Señor, en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, estos dones que te presentamos, y haz que este memorial de nuestra redención, nos inflame en el amor a la Virgen María, Madre de la Iglesia, y nos asocie íntimamente a ella en la obra de la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Jn 19, 26-27)

Desde la cruz, Cristo dijo al discípulo amado: "He ahí a tu Madre".

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Tú que nos has concedido en este sacramento la prenda de nuestra vida eterna, haz, Señor, que tu Iglesia, por la intercesión maternal de la Virgen María, ilumine a todas las naciones con la luz del Evangelio y las santifique con los dones de tu espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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