sábado, 26 de noviembre de 2011

LECTURAS DEL DOMINGO I DE ADVIENTO 27 DE NOVIEMBRE


Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 1-3)

A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confió, no quede yo defraudado. Que no se burlen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti, no quedan defraudados.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor, despierta en nosotros el deseo de prepararnos a la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia para que, puestos a su derecha el día del juicio, podamos entrar al Reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Ojalá, Señor, rasgaras los cielos y bajaras.

Del libro del profeta Isaías: 63, 16-17. 19; 64, 2-7


Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor; ése es tu nombre desde siempre. ¿Por qué, Señor, nos has permitido alejarnos de tus mandamientos y dejas endurecer nuestro corazón hasta el punto de no temerte? Vuélvete, por amor a tus siervos, a las tribus que son tu heredad. Ojalá rasgaras los cielos y bajaras, estremeciendo las montañas con tu presencia. Descendiste y los montes se estremecieron con tu presencia. Jamás se oyó decir, ni nadie vio jamás que otro Dios, fuera de ti, hiciera tales cosas en favor de los que esperan en él. Tú sales al encuentro del que practica alegremente la justicia y no pierde de vista tus mandamientos.


Estabas airado porque nosotros pecábamos y te éramos siempre rebeldes. Todos éramos impuros y nuestra justicia era como trapo asqueroso; todos estábamos marchitos, como las hojas, y nuestras culpas nos arrebataban, como el viento.

Nadie invocaba tu nombre, nadie se levantaba para refugiarse en ti, porque nos ocultabas tu rostro y nos dejabas a merced de nuestras culpas.

Sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro y tú el alfarero; todos somos hechura de tus manos. 

Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.



Del salmo 79 

R/. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.


Escúchanos, pastor de Israel; tú, que estás rodeado de querubines, manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvamos. R/.

Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R/.

Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R/.


Esperamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1, 3-9

Hermanos: Les deseo la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor. Continuamente agradezco a mi Dios los dones divinos que les ha concedido a ustedes por medio de Cristo Jesús, ya que por Él los ha enriquecido con abundancia en todo lo que se refiere a la palabra y al conocimiento; porque el testimonio que damos de Cristo ha sido confirmado en ustedes a tal grado, que no carecen de ningún don, ustedes, los que esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. É1 los hará permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento. Dios es quien los ha llamado a la unión con su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel.

 Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN (Sal 84, 8)


R/. Aleluya, aleluya.


Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. 




Velen, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa.


Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 33-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta".

 Palabra del Señor.

 Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo

PLEGARIA UNIVESAL


A Jesús, la luz del mundo, el camino de la vida, oremos.


Después de cada petición diremos:

Ven, Señor Jesús.

Por todos los pueblos de la tierra, y especialmente por los que sufren a causa del hambre y de la guerra. Oremos.

Por las Iglesias de países de misión, y por todos los que dedican su vida al anuncio del Evangelio. Oremos.

Por las familias rotas, por los ancianos abandonados, por los niños que no conocen el cariño de unos padres. Oremos.

Por nosotros y por todos los cristianos, que queremos abrir un camino al Señor en nuestras vidas y preparar la llegada de su Reino. Oremos.

Ven a nosotros, Señor Jesús, para dar tu consuelo a los afligidos, tu fortaleza a los que te queremos seguir, tu luz a los que no te conocen, y un corazón nuevo a los que viven encerrados en su egoísmo. Tú, que vives y reinas...


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I/A o I/B de Adviento.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 84, 13)

El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su fruto.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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