jueves, 11 de agosto de 2011

LECTURAS DEL JUEVES XVIII DEL T. ORDINARIO 11 DE AGOSTO SANTA CLARA DE ASÍS

LA CONFIANZA Y EL AGRADECIMIENTO




SANTA CLARA DE ASÍS


Jos 3, 7-10. 11. 13-17; Mt 18, 21-19, 1

Josué tendrá que aprender a descubrir la presencia solidaria de Dios a favor de su pueblo. El paso del Jordán era un momento simbólico cargado de significado. Del otro lado del río, estaba la tierra largamente esperada. Entrar a la tierra equivalía a acceder al cumplimiento de la promesa. Para cruzar el Jordán y dar un primer paso firme en aquella tierra era indispensable creer y confiar. Pues bien, para perdonar también es necesario confiar. En el exhorto al perdón fraterno que nos expone el primer evangelio, el Señor Jesús apela al agradecimiento y la memoria. Solamente quien se sabe incondicionalmente perdonado por Dios, será capaz de ofertar un perdón sin condiciones para sus hermanos.

ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 23, 5-6)

Santa Clara ha recibido la bendición del Señor, ha encontrado gracia delante de Dios, su salvador, porque buscó sinceramente al Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios misericordioso, que inspiraste a santa Clara un ardiente amor por la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, seguir a Cristo pobre y humilde, para que podamos contemplarte después en el Reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

El arca de la alianza pasará el Jordán delante de ustedes.


Del libro de Josué: 3, 7-10. 11. 13-17


En aquellos días, el Señor le dijo a Josué: "Hoy mismo voy a empezar a engrandecerte a los ojos de todo Israel, para que sepan que estoy contigo, lo mismo que estuve con Moisés. Ordena a los sacerdotes que llevan el arca de la alianza que se detengan en cuanto lleguen a la orilla del agua del Jordán".


Josué les dijo a los israelitas: "Acérquense a escuchar las palabras del Señor, su Dios". Y prosiguió:

"En esto conocerán que el Dios vivo está en medio de ustedes y que destruirá ante sus ojos a los cananeos: El arca de la alianza del Señor de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de ustedes y, en cuanto los pies de los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del Señor de toda la tierra toquen el Jordán, las aguas que van hacia abajo seguirán corriendo y las que vienen de arriba se detendrán, formando un muro".

Así pues, el pueblo salió de su campamento para cruzar el Jordán, encabezado por los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza. En cuanto éstos tocaron con sus pies las aguas del Jordan (que baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque en una gran extensión desde el pueblo de Adam, hasta la fortaleza de Sartán; entre tanto, las aguas que bajaban hacia el mar Muerto, desaparecieron por completo y el pueblo cruzó el Jordán, frente a Jericó.

Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor se detuvieron en medio del Jordán, que había quedado seco, mientras todo el pueblo de Israel cruzaba por el cauce vacío. 

Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.




Del salmo 113



 R/. Bendigamos al Señor.



Al salir Israel de Egipto, al salir Jacob de un pueblo bárbaro, Judá fue santuario de Dios, Israel, su dominio R/.

Al verlos, el mar huyó, el Jordán se echó para atrás; los montes saltaron como carneros y las colinas como corderos. R/.

¿Qué te pasa, mar, que huyes? ¿Y a ti, Jordán, que te echas para atrás? ¿Y a ustedes, montes, que saltan como carneros? ¿Y a ustedes, colinas, que saltan como corderos? R/.




ACLAMACIÓN (Sal 118, 135) 
R/. Aleluya, aleluya.


Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir tus mandamientos. R/.


No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-19, 1


En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?". Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".


Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron, le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contarle al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?' Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.

Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes si cada cual no perdona de corazón a su hermano".

Cuando Jesús terminó de hablar, salió de Galilea y fue a la región de Judea que queda al otro lado del Jordán.

 Palabra del Señor.

 Gloria a ti, Señor Jesús.



ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad, los dones que tu pueblo te presenta para celebrar la memoria de santa Clara, y concédenos, que libres de las ambiciones y egoísmos de este mundo, te busquemos a ti, como nuestro único bien verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 33, 9)


Prueben y vean qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se acoge a Él.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, con la luz y la fuerza de este sacramento que hemos recibido, condúcenos siempre por el camino de tu amor, a fin de que la obra de salvación que has iniciado en nosotros, se vea coronada el día de la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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